¿Dónde están las mujeres en el diseño? Estaban y están aquí

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Aprovechamos el 8M para recordar la figura de Nina Masó y otras diseñadoras pioneras que pasaron y marcharon de forma desapercibida.

La semana pasada nos sacudía la noticia de la pérdida de la diseñadora e interiorista Nina Masó, quien contó con cálidas palabras de despedida -como la del tipo de luz que proyectaba y defendía- en los medios de comunicación y en las redes sociales. Una suerte que la parte femenina del trío que fundó Santa & Cole haya recibido el reconocimiento y respeto que merecía, tanto en vida como en el momento de dejar este mundo.

No siempre es así. Mientras el fallecimiento de grandes nombres masculinos del diseño, el arte y la arquitectura termina con emotivos obituarios, homenajes que conmueven o placas en plazas y calles, gestos totalmente merecidos, no lo discutiremos, pocas profesionales de estas disciplinas creativas acaban teniendo tal honor.

El año pasado por el 8M, Día Internacional de la Mujer, quisimos hacer un esbozo de la relación entre la generación Z, el diseño y la igualdad de género. También nos preguntábamos sin mucho éxito dónde estaban las mujeres en el diseño… Este año queremos decir que están (o en este caso estaban) aquí. Así que aprovecharemos los párrafos que vienen a continuación para recordar a Nina y a otras diseñadoras pioneras que pasaron y se marcharon de manera desapercibida.

Si algunos de sus nombres no os suenan, el Museu del Disseny pondrá remedio con la inauguración de «Here We Are! Women in Design 1900 – Today» el próximo otoño. Una exposición del Vitra Design Museum que en su paso por Barcelona incorporará una sección centrada en el ámbito español con 60 casos de pioneras que, pese a la falta de visibilidad, en las décadas de los 60, 70 y 80 contribuyeron a dar forma en sus profesiones. Nombres como los de la diseñadora gráfica Mercedes Azúa o la ceramista Maria Bofill compartirán espacio expositivo con otros bien conocidos, como Charlotte Perriand, Gae Aulenti, Lina Bo Bardi o Eileen Gray.

 

© Jara Varela

 

Nina Masó (1956-2023)

Formada en interiorismo, ha sido una de las diseñadoras y editoras más importantes del panorama español. Fundó Santa & Cole en 1985 junto a Gabriel Ordeig y Javier Nieto. Nos encontramos en la década de los 80 y Barcelona vivía el boom o época dorada del diseño. Casi cuarenta años más tarde, este proyecto que nacía de la ambición y la visión romántica de sus jóvenes fundadores, y de las ganas de iluminar los locales nocturnos de la ciudad condal, es hoy todo un referente del sector y cuenta con el Premio Nacional de Diseño, otorgado en 1999.

Santa & Cole dispone de un extenso catálogo con clásicos de la iluminación firmados por grandes figuras del diseño local, como Miguel Milá y André Ricard, así como internacional. Un catálogo coherente que ha sabido transmitir la importancia de la luz y su capacidad de transformar espacios o crear ambientes, gracias en gran parte a la labor de Nina y a su buen ojo. Un catálogo abierto también a productos de mobiliario, arte y libros sobre diseño.

 

La Bella Durmiente © Santa & Cole

 

Como diseñadora destacaremos la lámpara Sísisí o La Bella Durmiente, creada en colaboración con Gabriel Ordeig y que fue una innovadora propuesta para colorear y dotar de calidez a la fluorescencia. El nombre bien elegido: su belleza reposa mientras está apagada y despierta cuando se enciende. Como interiorista, Masó diseñó el espacio que el Ajuntament de Barcelona seleccionó como sede de la futura Embajada de Democracia Local de Barcelona en Sarajevo, o se encargó del proyecto de iluminación del hotel Casa Bonay, entre otros.

 

 

Margarita Brender i Rubira (1919-2000)

Formada en arquitectura en Rumanía, en 1962 la Escuela Técnica Superior de Barcelona le convalida la titulación y se convierte en la primera mujer arquitecta en Cataluña. También era en ese momento la única mujer colegiada en el COAC y durante años la única que ejercía la profesión en solitario en la provincia de Barcelona.

De carácter cosmopolita y con un buen bagaje cultural, apostaba por un estilo de arquitectura vanguardista y armónica, entendiendo que el diseño de los espacios incide de forma directa en la calidad de vida de las personas que los habitan. A lo largo de su trayectoria profesional dio una gran importancia a la integración entre arquitectura y naturaleza, y a menudo lamentaba las limitaciones de la política urbanística de ese momento, que no permitía la amplitud de espacios que ella defendía.

 

© Arnau Rovira Vidal

 

En 1966 firma, junto con los arquitectos F. J. Barba Corsini y J.A. Padrós Galera, un proyecto residencial de 356 viviendas en el barrio Can Mercader de Badalona. Su nombre también aparece en un conjunto residencial de lujo en El Prat de Llobregat y de un grupo de apartamentos en la Costa Brava. No se disponen de otros datos sobre obra construida, pero en 2022 el Ayuntamiento de Barcelona bautizó con su nombre unos jardines situados en el barrio de Camp de l’Arpa.

 

 

Mercedes Azúa (1947-2023)

Graduada en diseño gráfico en la escuela Eina en 1975, empezó su trayectoria profesional en el estudio de Enric Satué y tres años después se estableció en solitario. Más adelante se asoció con Natividad Lorenzo y posteriormente compartió estudio con Francis Closas. Junto con Pedro Ancochea fundó Azúa + Ancochea SCP en 1985. Y finalmente, de nuevo en solitario, fundó el estudio Azuanco en 1999 especializado en identidad corporativa, diseño editorial, exposiciones y catálogos.

Estas últimas aventuras profesionales las hemos descubierto gracias a un hilo de twitter que no sabemos exactamente quién lo lleva, pero que parece estar relacionado con la escuela Bau. En Internet no encontramos más referencias. ¡Esperamos que la exposición «Estamos aquí» nos saque de dudas!

Entre sus trabajos más destacados está el diseño de la imagen corporativa y la dirección de arte de las publicaciones y exposiciones de la Biblioteca de Catalunya. También es autora de la imagen corporativa del Museo Arqueológico de Cataluña y del rediseño de la revista Serra d’Or de la Abadía de Montserrat. De 1987 al 2000 fue docente en la escuela Eina en las especialidades de tipografía y diseño por ordenador.

 

© Jordi Geli

 

Maria Bofill (1937-2021)

Formada en la escuela Massana, donde ejerció de profesora desde 1965 hasta su retirada en 2002, empezó a trabajar en el taller de cerámica de Jordi Aguadé y Clos de 1956 a 1961. Más adelante complementó su formación en el Sunderland College of Arts y en la Hammersmith School de Londres, así como en Kyto (Japón) gracias a una beca de la Fundación de Arte Castellblach que ganó en 1969. En cuanto a la docencia, eventualmente también enseñó en la Universidad Veracruzana en México o en el Hartwick College de Nueva York, entre otros.

 

 

La obra de Maria Bofill se encuentra en colecciones de arte de todo el mundo. También en casa, en el Museu del Disseny. Se trata, principalmente, de piezas al torno, de formas muy depuradas y con impronta japonesa, y algunas obras de carácter escultórico. Su fuente de inspiración provenía de elementos naturales, referentes paisajísticos y en ocasiones arquitectónicos. La investigación, tanto en la forma como en la materia, desempeñó un papel destacado en su producción artística; siendo una pionera en el uso artístico de la porcelana por las grandes posibilidades que ofrecía en cuanto a texturas y color. Hasta su muerte, fue miembro de la Academia Internacional de Cerámica.

 

 

Encarnació Domènech Miravet (1924-2018)

Sin formación específica en moda o confección, empezó a crear ropa de baño hacia 1954 y cinco años después creó su marca, Kuny. En el 65 recibió la copa al buen gusto Quai d’Orsay en París y más tarde dos premios Galena de Televisión Española. La marca tuvo tanto éxito que en la década de los 70 empleaba a 40 costureras, una cortadora y una patronista, en una nave de 1000 m2 cerca de Sagrada Família.

 

 

La diseñadora fue la primera en utilizar tela Elenka y en crear conjuntos de bañadores y ropa a juego, como pareos, shorts, blusas o trajes con estampados propios. Una marca de moda de baño cómoda y de gama alta, dirigida a mujeres maduras y elegantes que querían estampados vivos para alejarse de los colores oscuros y sin estampar de la época franquista. Kuny también realizó algunas colecciones de ropa de esquí para la realeza española.

Domènech trabajó desde la invisibilidad durante 50 años para crear una firma reconocida en el mercado de la ropa de baño en España, con productos innovadores, competitivos y de alta calidad, que sigue en activo en manos de un antiguo socio.