El diseño expositivo de «El mejor diseño del año», una cuestión de trabajo en equipo

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Un diseño espacial a cargo de Giovanna Giampetruzzi y Soledad Lanús, la gráfica aplicada en el espacio de Gemma Villegas, y una instalación lumínica experiencial firmada 380-750.

La exposición del FAD conecta un año más con el mejor diseño gráfico, de producto y arquitectura, tomando el pulso a los sectores creativos de nuestro país. Este año son más de 500 las obras que se pueden descubrir en la muestra, pero la fórmula no es la misma de siempre…

La undécima edición de este clásico del verano llega renovada gracias a un diseño expositivo trabajado en equipo: un diseño espacial a cargo de las arquitectas Giovanna Giampetruzzi y Soledad Lanús, la gráfica aplicada al espacio (más FAD que nunca) de Gemma Villegas, y una instalación lumínica experiencial firmada por el atelier de llum 380-750.

 

 

Diseño del espacio

El diseño expositivo y espacial de la muestra este año lo firman las arquitectas Giovanna Giampetruzzi y Soledad Lanús, en base a en base al sistema original de soportes expositivos creado por Sarquella Torres Arquitectes, que permite su reutilización y contribuye a la sostenibilidad de la muestra.

Las arquitectes se enfrentaban por primera vez a este reto, buscando una propuesta con carácter propio, distinto al de otros años: “el proyecto busca bajar la escala del espacio y guiar sutilmente al espectador, además de aportar dinamismo y claridad a partir de las islas de contenido. Propone una doble lectura: de la parte al conjunto, y del conjunto a la parte. Son muchas piezas que se agrupan en pequeñas exposiciones, que se pueden leer como una sola”.

La exposición presenta una entrada sorprendente a través de un audiovisual que tiene el objetivo de adentrar al visitante desde el primer momento a todo lo que verá una vez dentro: proyectos, obras y piezas de excelencia escogidas por jurados profesionales de unos premios que ya son referencia en cada uno de los sectores creativos. El visitante encuentra a continuación un recibidor que le invitará a explorar, en el orden que elija, los tres apartados expositivos: el mejor diseño gráfico y comunicación visual a través de los Premios ADG Laus de ADG-FAD; el mejor diseño del espacio con los Premios FAD de Arquitectura e Interiorismo de ARQUIN-FAD; y el mejor diseño industrial viendo las piezas de los Premios ADI de diseño industrial y cultura del diseño organizados por ADI-FAD.

Giampetruzzi y Lanús han trabajado con un sistema expositivo modular creado en 2019 y que han explotado para que fuera anecdótico, dejando todo el protagonismo a las piezas expuestas. Los proyectos que se descubren en la exposición hablan de diseño, un factor muy interesante para ellas: “te invita a reflexionar sobre las bases del diseño y lo que conecta entre sí las piezas, incluso aquellas que a primera vista pueden parecer tan distintas”.

Manteniendo las piezas expuestas y la experiencia de los usuarios en el centro, las dos arquitectas esperan que los visitantes puedan disfrutar de la exposición y del ejercicio que se ha realizado a nivel de diseño del espacio, gráfico, de iluminación, edición de contenido y producción general, que sirva para que el público pueda ver el diseño que hay detrás de cada pieza y también el diseño más allá de las piezas. “Queremos que sea una experiencia ligera, interesante, clara e, incluso si se quiere, que pueda ser divertida, añaden”.

 

 

La identidad gráfica: FAD Font

«El mejor diseño del año» presenta nueva identidad gráfica, a cargo de la diseñadora Gemma Villegas, que ha trabajado con un claro objetivo: “crear algo nuevo transformando algo ya existente, mediante un sistema tipográfico reticular basado en el logotipo del FAD que representara por igual a las asociaciones que conforman la exposición y vertebrara el proyecto cubriendo todas las necesidades de comunicación”.

Se trata de un proyecto conceptualizado como único e irrepetible para ninguna otra institución. Según nos cuenta, es una gráfica sólida y contundente para transmitir la excelencia, la profesionalidad y el prestigio de las asociaciones, del jurado y de los premiados, y al mismo tiempo comunica el espíritu festivo y de celebración colectiva que representan estos premios, y también que la profesión está viva y en constante evolución.

Para hacerlo posible ha creado la FAD Font, una tipografía modular en la que las tres formas geométricas del logotipo del FAD se combinan para crear unidades mayores (letras, números, símbolos, etc.). Para ella, éste ha sido un reto mayor a la hora de crear ciertos caracteres y decidir qué aplicaciones tenía esta tipografía en combinación con otras más neutras. Sin embargo, Gemma Villegas nos ha regalado una fuente única e irrepetible, que también es la base con la que se ha desarrollado la actividad familiar para la exposición, realizada con la colaboración de Apli y el Museu del Disseny, donde los más pequeños podrán descubrir el diseño a partir de las formas geométricas básicas.

En todo caso, el reto no ha sido solo el de desarrollar la identidad gráfica del proyecto, sino hacerlo hablando y tratando con el propio diseño: “el público mayoritario de la exposición son compañeros de profesión expertos en la materia, así que he intentado navegar entre la prudencia y el atrevimiento a partes iguales. No he querido tratar las imágenes ni transformarlas para respetar su autoría; sí que las he combinado con el sistema tipográfico y el color dejando que interactúen entre sí y formen parte de un todo para generar identidad”, explica Villegas.

 

 

Itinerarios expositivos trabajados en equipo

El público que visite la muestra no solo tendrá la oportunidad de descubrir todas las obras seleccionadas y ganadoras de los distintos premios de las asociaciones del FAD, divididas según ámbitos temáticos, sino que podrá adentrarse en el diseño siguiendo cuatro nuevos itinerarios propuestos. Estos recorridos destacan las obras y proyectos que hacen bandera de tres aspectos clave del diseño establecidos por la Nueva Bauhaus Europea, la belleza, la sostenibilidad y la inclusividad, y un cuarto que pone el énfasis en la innovación.

Cada itinerario es reconocible con un color, y según nos cuenta Gemma Villegas así se han identificado las piezas que forman parte de estos: “los diferentes conceptos se aplican en blanco sobre metacrilatos de colores vivos y saturados, que hacen que destaquen y al mismo tiempo no compitan con el resto de materiales expuestos”. Un reto importante que, según aclara la diseñadora, han podido superar gracias a la estrecha colaboración entre el equipo del proyecto.

 

 

Diseño de la iluminación

Este año la muestra cuenta con la instalación lumínica con cargo a 380-750, atelier de luz, hecha a partir de objetos cónicos en representación de unos altavoces: “es una metáfora de lo que para nosotros representa esta exposición, un altavoz que muestra o presenta a un abanico de público muy amplio el mejor diseño del año.” Estos altavoces iluminan puntualmente cada una de las obras expuestas a un nivel de visión bajo para centrar la concentración del visitante en las piezas. Pero su morfología no es meramente funcional: “tiene una base inicial en el icono del logotipo del FAD, donde existe una especie de flecha o triángulo (podría ser la luminaria) que nos dirige la mirada hacia un círculo (podrían ser las obras).”

Uno de los grandes retos a los que ha tenido que enfrentarse el equipo de 380-750 ha sido el de la materialidad. Con una idea inicial basada en el uso del papel para la construcción de estos objetos, demostrando cómo se puede diseñar un elemento tan técnico como un foco, con un material tan propio del diseño gráfico como es el papel. Debido a requerimientos de seguridad trabajados en su conjunto, se optó por el uso del plástico con un acabado translúcido que puede recordar al efecto en el uso del papel.

Esta instalación permite al visitante experimentar el diseño y la creatividad como pocas exposiciones. Por eso el equipo de diseño de la instalación ha tenido claro en todo momento las sensaciones que querían que tuviera el visitante: de confort, de calma, de proximidad. “Uno de los principales objetivos de la intervención ha sido el de bajar a nivel visual la altura del techo, para reducir de forma muy sutil la escala del espacio y hacerla más humana. Bajando visualmente la altura del techo y la luz, se genera un espacio más acogedor, que abraza de forma más amable al visitante y que puede hacer la experiencia de la visita más cálida y agradable”, asegura el equipo del atelier de luz.

Ahora que ya conoces todas las novedades que te hemos presentado solo hace falta que vengas a vivirlas en persona. ¡Te esperamos!